Aprenderemos a conocer estas dos enfermedades.
Según la última Encuesta Nacional de Salud, realizada en el año 2006 por el Ministerio de Sanidad y Consumo, un 3,1% de las mujeres y un 0,5% de los hombres tenían un peso insuficiente en España. Los factores y motivos de estos números pueden ser muy variados, pero es cierto que en los últimos años se han disparado las cifras de anorexia nerviosa y bulimia.
Los trastornos del comportamiento alimentario, y en especial la anorexia nerviosa y la bulimia (aunque no son las únicas), constituyen uno de los problemas de salud más importantes en nuestra sociedad. No en vano, otras fuentes diferentes a la ya citada sitúan en torno al 5% el número de jóvenes con algún tipo de desarreglo en este sentido.
Estos trastornos suponen alteraciones en los comportamientos con la comida que repercuten seriamente sobre la salud de quienes los padecen, hasta tal punto que se hacen necesarios cuidados médicos y psicológicos especializados e, incluso, en muchos casos, tienen que ingresar en algún momento de la enfermedad para no perder su vida.
Conoce y reconoce la anorexia
La paciente anoréxica restringe su comida o la elimina mediante purgaciones (vómitos, laxantes, etc.) para conseguir un peso muy por debajo de lo que correspondería a su sexo y edad. Se trata de un trastorno que lleva a una restricción obsesiva y que produce un miedo enorme a perder el control sobre lo que come. Todo ello con el fin de mantener un peso extremadamente bajo que el enfermo considera adecuado.
Sus características principales son:
• Rechazo a los alimentos y restricción de la ingesta y/o eliminación a través de purgaciones y ejercicio excesivo.
• Pérdida acentuada de peso e índice de masa corporal (IMC) igual o inferior a 17,5.
• Alteraciones en el ciclo menstrual, hormonales, óseas, digestivas, etc.
• Alteraciones de la imagen corporal y obsesión por mantener una extrema delgadez.
• Negación y control del hambre.
• Hiperactividad: ejercicio excesivo y/o actividad extrema.
• Miedo a la madurez y al rechazo por parte de los demás.
• Perfeccionismo extremo en todos los ámbitos de su vida.
• Falta de autoestima y habilidades sociales.
• Hipersensibilidad hacia el sufrimiento ajeno y hacia los ambientes hostiles con tendencia a culpabilizarse por los mismos.
• Dependencia afectiva en el entorno familiar.
Según la última Encuesta Nacional de Salud, realizada en el año 2006 por el Ministerio de Sanidad y Consumo, un 3,1% de las mujeres y un 0,5% de los hombres tenían un peso insuficiente en España. Los factores y motivos de estos números pueden ser muy variados, pero es cierto que en los últimos años se han disparado las cifras de anorexia nerviosa y bulimia.
Los trastornos del comportamiento alimentario, y en especial la anorexia nerviosa y la bulimia (aunque no son las únicas), constituyen uno de los problemas de salud más importantes en nuestra sociedad. No en vano, otras fuentes diferentes a la ya citada sitúan en torno al 5% el número de jóvenes con algún tipo de desarreglo en este sentido.
Estos trastornos suponen alteraciones en los comportamientos con la comida que repercuten seriamente sobre la salud de quienes los padecen, hasta tal punto que se hacen necesarios cuidados médicos y psicológicos especializados e, incluso, en muchos casos, tienen que ingresar en algún momento de la enfermedad para no perder su vida.
Conoce y reconoce la anorexia
La paciente anoréxica restringe su comida o la elimina mediante purgaciones (vómitos, laxantes, etc.) para conseguir un peso muy por debajo de lo que correspondería a su sexo y edad. Se trata de un trastorno que lleva a una restricción obsesiva y que produce un miedo enorme a perder el control sobre lo que come. Todo ello con el fin de mantener un peso extremadamente bajo que el enfermo considera adecuado.
Sus características principales son:
• Rechazo a los alimentos y restricción de la ingesta y/o eliminación a través de purgaciones y ejercicio excesivo.
• Pérdida acentuada de peso e índice de masa corporal (IMC) igual o inferior a 17,5.
• Alteraciones en el ciclo menstrual, hormonales, óseas, digestivas, etc.
• Alteraciones de la imagen corporal y obsesión por mantener una extrema delgadez.
• Negación y control del hambre.
• Hiperactividad: ejercicio excesivo y/o actividad extrema.
• Miedo a la madurez y al rechazo por parte de los demás.
• Perfeccionismo extremo en todos los ámbitos de su vida.
• Falta de autoestima y habilidades sociales.
• Hipersensibilidad hacia el sufrimiento ajeno y hacia los ambientes hostiles con tendencia a culpabilizarse por los mismos.
• Dependencia afectiva en el entorno familiar.
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