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jueves, 10 de septiembre de 2009

Como relajarse para el parto

Técnicas de relajación y respiración para el parto

Las técnicas de respiración ayudan a la mujer a relajarse y a aliviar el dolor de las contracciones. Respirar correctamente también beneficia al bebé, puesto que aumenta el aporte de oxígeno durante las contracciones.

En los cursos de preparación al parto se aprenden diversos ejercicios de respiración para las distintas fases del parto:

* Respiración abdominal o del diafragma
* Respiración costal inferior o jadeo
* Respiración en la fase de expulsión

Subir

RESPIRACIÓN ABDOMINAL O DEL DIAFRAGMA

Para aliviar las contracciones más intensas durante la fase de la dilatación del cuello uterino:

* Tome aire por la nariz para que los pulmones se llenen, al tiempo que el abdomen se hincha poco a poco.
* Expulse el aire por la boca mientras contrae lentamente los músculos del abdomen.

RESPIRACIÓN COSTAL INFERIOR O JADEO

Para controlar las ganas de pujar en las fases de dilatación y de la expulsión:

* Tome aire y expúlselo de forma sucesiva en forma de jadeo o soplo.

Por lo general, esta técnica suele ser necesaria en los partos sin epidural para no distender demasiado los músculos de la zona del periné. Cuando a la mujer se le administra anestesia epidural, la mayoría de las veces no siente deseos de empujar.

RESPIRACIÓN PARA LOS PUJOS EN LA FASE DE EXPULSIÓN

* Realice dos o tres inspiraciones profundas y cortas. Aguante la respiración al tiempo que contrae los músculos del abdomen. A continuación, relaje los músculos y expulse el aire. Debe elevar la cabeza y los hombros pegando la barbilla al tórax mientras se sujeta las rodillas con las manos.

sábado, 22 de agosto de 2009

Cuidados de mamá


Cuando una mujer está en estado debe prestar especial atención a determinadas zonas del cuerpo, como piernas, abdomen, senos y columna vertebral.
El masaje es una de las herramientas que puede ser muy útil para toda embarazada ya que además de facilitar los movimientos de la misma, ésta podrá experimentar cómo disminuyen tanto la hinchazón de sus extremidades inferiores como los calambres u otras molestias típicamente propias de la mujer embarazada.

Así pues, resultará muy recomendable favorecer en lo posible el retorno venoso de las extremidades inferiores, pues debido al sobrepeso que ahora deberán soportar, su circulación sanguínea se verá entorpecida. Una posible medida a tomar para evitar la formación de las tan temidas varices es mantenerlas en alto el mayor tiempo posible, a la vez que nos realizamos un masaje ascendente (en dirección a la ingle) para favorecer el retorno. Las duchas frías también estimulan la circulación de retorno.

También resultará importantísimo durante el embarazo reforzar los músculos abdominales ya que son los que más sufrirán a lo largo de toda la gestación y el parto. Durante estos nueve meses la piel de la mujer se dilatará en exceso, por lo que hay que mantenerla todo lo elástica que se pueda, y por ello aprovecharemos el masaje para aplicar la hidratación y nutrición que la piel de la futura mamá necesita. En cuanto al abdomen se refiere resultaría recomendable aplicar una crema hidratante por la mañana y otra antiestrías por la noche, siempre en el sentido de las agujas del reloj. En la ducha debemos usar un gel dermatológico suave pues los cambios físicos de este período provocan deshidratación, el agua de la misma no deberá ser muy caliente siendo aconsejable finalizar con un chorro de agua fría para evitar la flacidez y estimular la circulación sanguínea.

Además del abdomen y la piernas hay otras zonas del cuerpo a las que la mujer embarazada debe prestar especial atención, como la columna vertebral y los pechos. Estos últimos deben encontrarse bien sujetos para que el aumento de pecho no haga que éstos "caigan", pero hay que tener cuidado con el tipo de sujetador que se utiliza, no se recomiendan los de aros puesto que estos pueden comprimir el pecho y dificultar la circulación sanguínea. Debemos aplicar una crema antiestrías a diario para evitar la aparición de éstas debido a la transformación de nuestros pechos tanto antes como después del parto. También se recomienda la aplicación de duchas tibias (no frías) en sentido circular. Después del parto y una vez finalizada la lactancia sí que recomendamos las duchas alternas de agua fría y caliente, éstas favorecen la tonificación.
Y en lo que a la columna se refiere, lo mejor es realizar algo de ejercicio. Lo ideal sería que acudieses a alguna clase de preparación al parto, pero si no puedes acudir siempre puedes realizar en tu casa una tabla de ejercicios, principalmente estiramientos y flexiones de pierna, de esta manera lograrás relajar la musculatura de tu columna y evitar posibles pinzamientos en la misma. Además, cuando camines o permanezcas erguida, procura mantener la espalda todo lo recta que sea posible.

miércoles, 29 de julio de 2009

Parto: Cesárea

De acuerdo a un estudio llevado a cabo con 2083 mujeres embarazadas en 121 hospitales de 26 países, en el mundo auspiciado por el Instituto Canadiense para Investigaciones de Salud, demostró que la cesárea es el mejor método de alumbramiento si el bebé se encuentra con los pies hacia adelante o de nalgas.

Investigadores encontraron que los bebés que venian en esa posición que nacieron bajo cesárea tuvieron menores complicaciones post parto que aquellos que nacieron vía vaginal.

"Esta es una gran noticia para las mujeres", dijo la doctora y coordinadora del estudio Mary E Hannah, quien añadió que el hallazgo es la primera evidencia científica de que un nacimiento por cesárea es más saludable para un niño que se encuentra de nalgas.
"Ahora las madres tiene una buen información sobre la cual basar su decisión sobre cómo traer al mundo a un bebé que viene de nalgas".

Cerca del 4 por ciento de todos los embarazos, resultan en esta posición, una postura hacia atrás que tiene varios grados de complicación dependiendo de la posición de las cadera y piernas del bebé. En el estudio el nacimiento vía vaginal causó mas complicaciones para el bebé tales como ataques, niveles anormales de inconsciencia, necesidad de alimentación vía aparatos y prologada estancia en la unidad neonatal de cuidados intensivos.

Asimismo tuvieron bajos registros APGAR (el nombre en inglés para el estudio que se hace a los recién nacidos cinco minutos después de su nacimiento que mide la actividad, pulso, gestos, apariencia y respiración).

En el pasado, diversos estudios habían intentado identificar los potenciales peligros de un nacimiento vaginal para los niños en posición de nalgas, pero fueron considerados como potencialmente sesgados porque el método de alumbramiento -cesárea o vaginal- no fue estudiado al azar.

Hannah dijo que la investigación, que estaba prevista inicialmente con una duración cinco años, fue detenida después de que un análisis interino demostró mayores beneficios para los bebés seleccionados al azar en el grupo de cesárea, en comparación con el grupo del parto vaginal.

"Hay una alegría general ya que la pregunta ha sido respondida" y hay cierto "nivel de decepción sobre los resultados" porque muchos investigadores favorecen el parto vaginal como alternativa más saludable a la cirugía con una tasa de recuperación más rápida, dijo Hanna. "El sentimiento era que habría sido agradable si el nacimiento vaginal fuera mejor que el vaginal, pero tener un nacimiento saludable es el mejor resultado".

El estudio tuvo como base un total de 2083 bebés colocados de nalgas, de los cuales 1041 nacieron vía cesárea y 1042 bajo el método vaginal. Los resultados mostraron como los bebés nacidos vía vaginal mostraron mayores porcentajes negativos al momento del nacimiento como muerte, bajo promedio en el estudio APGAR y evidencia de serios traumas a nivel de lesiones en la espina dorsal o de nervios.

Biberón


Biberón y fórmulas infantiles.

Cuando el bebé deja de ser alimentado a través de la lactancia materna para cambiar al biberón con fórmulas preparadas, toma en cuenta algunas sugerencias:

Calentar el alimento. Coloca el biberón en posición vertical sumergido en agua tibia. Evita usar el horno de microondas. Estará a la temperatura correcta cuando pruebes a verter unas gotas sobre tu muñeca y la sientas templada.

Recuesta la cabeza del bebé en tu brazo, ligeramente inclinado hacia ti y con la cabeza más elevada que el resto del cuerpo, para que pueda tragar con facilidad.

Sostén siempre el biberón en un ángulo tal que la tetina se llene de leche. De otra manera, el bebé tragará aire junto con el alimento. Cuando introduzcas el chupete en su boca ten cuidado de no empujarlo mucho.

Puedes preparar varios biberones de leche y guardarlos en el refrigerador, pero nunca los conserves por más de 24 horas.

Cuando vayas a alimentar a tu hijo, busca un lugar cómodo y tranquilo donde sentarte con él. Probablemente te resultará más agradable recostada en un sofá o en una silla baja como para apoyarlo en tu regazo.
Apoya la cabeza del niño en el hueco del codo y aguanta su espalda con el brazo. Mantén las nalgas con firmeza. Asegúrate de que no esté en posición horizontal. Debe estar en posición semisentado para poder respirar y tragar sin riesgos de atragantarse.

Cuando comience a succionar, inclina el biberón para que la tetina se llene de alimento y no se filtre aire.

A veces el bebé se queda dormido mientras come, la razón es que puede tener gases. Despiértalo y hazlo eructar.

El objetivo de hacer eructar es lograr que salga el aire que tragó durante la alimentación o durante el llanto que lo precedió para evitarle incomodidades. No obstante, cada bebé tiene una actitud diferente frente a los gases y no siempre se sienten más satisfechos por haber eructado. Espere a que el niño haga espontáneamente una pausa para hacerlo expeler los gases.

La posición adecuada para eructar es colocarlo contra su hombro y masajear su espalda con un movimiento suave ascendente, evitando las palmadas fuertes. Tu debes proteger tu ropa con una toalla o pañal de tela limpio, porque el bebé puede babear, regurgitar o vomitar un poco de leche. Otra forma efectiva, es sentarlo en tu regazo e inclinarlo hacia delante, sin doblar su cintura. Recuerda sostener su cabeza con la mano, para que no pierda el equilibrio y se resbale hacia al frente.

jueves, 16 de julio de 2009

Síntomas del embarazo primer mes

Los síntomas en el primer mes del embarazo varían de mujer a mujer y de embarazo a embarazo, sin embargo, uno de los síntomas más significativos es el retraso del ciclo menstrual.

Comprender los signos y síntomas del embarazo es importante porque cada síntoma puede estar relacionado con algo que no sea un embarazo. Algunas mujeres experimentan síntomas de embarazo a una semana de la concepción. Para otras mujeres, el embarazo puede desarrollar síntomas a las pocas semanas, o no presentar ningún síntoma. A continuación te mostraremos algunos de los síntomas más comunes. Si has sido sexualmente activa y experimentado cualquiera de los siguientes síntomas, es importante realizar una prueba de embarazo.

Sangrado de implantación - Este puede ser uno de los primeros síntomas del embarazo. Cerca de 6 a 12 días después de la concepción, el embrión se implanta en la pared uterina. Algunas mujeres experimentan un leve manchado, así como algunos calambres.

Retraso de la menstruación - Este es el más común de los síntomas de embarazo. Algunas mujeres pueden presentar un sangrado, pero en general será más corto y más ligero que en un período normal.

Hinchazón y tensión en los senos - La hinchazón de mamas es un síntoma que puede comenzar tan pronto como 1 a 2 semanas después de la concepción. La mujer puede notar cambios en sus senos, sensibilidad al tacto, dolor o hinchazón.

Fatiga y cansancio - La sensación de fatiga o cansancio es un síntoma más del embarazo, que también puede empezar tan pronto como la primera semana de la concepción.

Náuseas matutinas - Este conocido síntoma suele aparecer a menudo entre las 2 a 8 semanas luego de la concepción. Algunas mujeres tienen la fortuna de no presentar este síntoma, mientras que otras tienen estos síntomas la mayor parte del embarazo.

Dolores de espalda - Dolores en la pare baja de la espalda pueden ser un síntoma que se produce al principio del embarazo, sin embargo, es común experimentar un leve dolor de espalda a lo largo de todo el embarazo.

Dolores de cabeza - El aumento repentino de hormonas en el cuerpo pueden hacer sentir dolores de cabeza al principio del embarazo.

Orinar con frecuencia - Alrededor de la semana 6 a 8 después de la concepción, es posible sentir la necesidad de orinar con más frecuencia.

Oscurecimiento de los pezones - Si estás embarazada, la piel alrededor de los pezones puede oscurecerse.

Antojos de alimentos - Muchas mujeres experimentan antojos de ciertas comidas cuando están embarazadas. Esto puede durar todo el embarazo.

¿Puedo estar embarazada?

Esta debe ser la pregunta del millón. Todas las mujeres de este planeta nos hemos hecha esta pregunta varias veces a lo largo de nuestras vidas. Primer cosa que te aconsejo: no te angusties. Debes aguardar con paciencia unos días y la respuesta vendrá con seguridad. Mientras esperas, mantén la calma, de nada sirve enloquecernos.

Esta pregunta surge en nuestras vidas una y otra vez, así que es mejor tomarlo con sabiduría. Ya sea porque nos cuidamos para prevenir un embarazo; o porque hemos hecho todo lo posible para embarazarnos.

Por supuesto, ante la sospecha de un embarazo, lo mejor es ir a cualquier farmacia y comprar un test de orina, que es casi 100 % efectivo. Pero para esto, se aconseja esperar por lo menos unos días; una semana es lo mas conveniente, después del atraso de la regla.

De cualquier manera, antes del atraso de la regla, a veces tenemos la intuición o preocupación de estar embarazadas. Hay ciertos síntomas que pueden aparecer una semana después de la ovulación, si es que se produzco la concepción. Si la concepción ha tenido lugar en las trompas de Falopio durante la ovulación, el óvulo fecundado tardará aproximadamente una semana en llegar al útero y adherirse a sus paredes. Es en este momento, que se segrega una hormona, la cual produce los síntomas de embarazo.

Exámenes en el embarazo

Para tener un embarazo tranquilo y un bebé sano, debes realizarte distintos estudios médicos, ¿sabes cuáles son y para qué sirven?

Pruebas básicas
Biometría hemática. Revela un panorama amplio del estado de salud de la mujer embarazada, porque detecta padecimientos como la anemia e diversas infecciones. Se toma una muestra de sangre y se analizan los glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. La paciente no necesita ninguna preparación, ni estar en ayunas. Debe realizarse en cuanto se diagnostique el embarazo al inicio del segundo y tercer trimestres. No tiene ningún riesgo, la cantidad de sangre que se extrae no afecta ni a la madre ni al bebé. Permite observar cambios importantes que se van produciendo en la sangre materna o a lo largo del embarazo, y además permite detectar oportunamente problemas que pudieran ocasionar complicaciones del embarazo.
Química sanguínea de 4 elementos. Detecta alteraciones en los niveles de glucosa, urea, creatinina y ácido úrico, relacionados con el metabolismo de las proteínas y la digestión de los carbohidratos. Se toma una muestra de sangre en ayunas. Cuanto antes se realice mejor, otra vez durante el primer trimestre del embarazo, otra durante el segundo trimestre y una más en el tercer trimestre. Permite detectar oportunamente alteraciones metabólicas, controlar padecimientos como la diabetes gestacional, y prevenir complicaciones del embarazo.
Grupo sanguíneo. Detecta el grupo sanguíneo y la existencia del factor Rh en la sangre de la madre. Se extrae una pequeña muestra de sangre de la paciente, para identificar su grupo sanguíneo. En caso de un resultado positivo, es necesario confirmarlo con otros estudios específicos. Debe realizarse apenas se diagnostique el embarazo y se hace sólo una vez. Realizada tanto en la madre como en el padre del bebé en formación, es más fácil predecir y actuar frente a una posible incompatibilidad de Rh entre la madre y el hijo, la cual en el segundo embarazo de la madre podría ser muy peligroso para el bebé.
Examen general de orina. Ayuda a diagnosticar padecimientos renales y del tracto urinario, infecciones y otros trastornos relacionados con enfermedades metabólicas o sistémicas. Se recolecta y se lleva al laboratorio la primera orina del día y ahí se hace un estudio microscópico y bioquímico para encontrar sustancias de desecho como glucosa, proteínas, cetonas, leucocitos, eritrocitos y bacterias. Está indicada durante el primero, segundo y tercer trimestre. Al detectar a tiempo infecciones o enfermedades renales o del tracto urinario, se pueden tomar medidas para prevenir complicaciones del embarazo.
Urocultivo. Detecta la presencia de bacterias en la orina, y a qué tipo pertenecen. Se recolecta la primera orina del día, para colocarla en el laboratorio ante diferentes medios de cultivo y ver el tipo de desarrollo bacteriano que resulta. Debe realizarse desde el primer trimestre y cuanto antes mejor. Permite actuar con oportunidad frente a infecciones que pudieran ocasionar complicaciones del embarazo.
Ultrasonido básico. Es una técnica que utiliza ondas sonoras para ver imágenes del bebé en una pantalla. Puede ser vaginal o sobre el abdomen. Es de gran ayuda para determinar la edad del feto, distinguir un embarazo múltiple, controlar el crecimiento y tamaño fetal, e identificar los principales defectos de nacimiento. También sirve para descubrir el porqué de ciertas complicaciones del embarazo, como hemorragias vaginales. Revela cierta información precisa, pero también puede sugerir alteraciones que necesitarían confirmarse con otros estudios. Se recomienda realizarlo una vez por trimestre: entre las semanas 8 y 12 para calcular la edad del feto, entre las semanas 16 y 20 como guía si a la mujer se le practica una amniocentesis, y cerca del nacimiento para revisar los niveles de líquido amniótico y evaluar los movimientos y el bienestar general del bebé. Si después de realizar un ultrasonido convencional, el médico sospecha que el bebé tiene un defecto congénito, entonces pedirá un ultrasonido más detallado. El ultrasonido proporciona información valiosa para elegir el tratamiento adecuado en caso necesario y mejorar las probabilidades de tener un bebé sano.
Tamiz de glucosa. Detecta la diabetes gestacional. Se debe asistir con 10 a 12 horas de ayuno. Una hora después de tomar una solución glucosada, a la paciente se le toma una muestra de sangre que será analizada en el laboratorio. Si el resultado es positivo, deberá practicarse otro estudio confirmatorio, llamado curva de tolerancia a la glucosa oral. Debe realizarse entre las semanas 24 y 28. Aproxima al diagnóstico de diabetes gestacional, padecimiento que puede poner en riesgo la salud de la mamá y del bebé.
VDRL. Detecta enfermedades venéreas, principalmente sífilis, mediante un análisis de sangre de la paciente. No es muy concreto, por eso en caso de un resultado positivo, es necesario confirmarlo con otros estudios específicos. Apenas se diagnostique el embarazo, debe realizarse sólo una vez. Orienta al médico sobre cómo manejar a la paciente y sobre el tipo de parto más conveniente.
Pruebas especiales
Perfil Torch. Detecta anticuerpos formados por el contacto con algún microorganismo que genere infecciones agudas como toxoplasma, rubéola, citomegalovirus, herpes simple y otros. Consiste en buscar anticuerpos contra enfermedades provocadas por esos microorganismos. No es de rutina, sino que se solicita cuando hay factores de riesgo específicos, por ejemplo cuando la mujer embarazada convive con gatos o ha estado en contacto con personas enfermas de rubéola. Permite actuar frente al riesgo de que esas infecciones interfieran con el desarrollo fetal.
Amniocentesis. Detecta malformaciones causadas por alteraciones cromosómicas, Trisonomía 21 (Síndrome de Down), Trisonomía 18 y Trisonomía 13, entre otras. Mediante una punción en el abdomen de la madre, con una aguja delgada y bajo guía ecográfica, se obtiene una muestra de líquido amniótico que rodea al bebé. En la actualidad es la prueba más confiable para detectar alteraciones cromosómicas, con un margen de acierto cercano al 100%. Debe realizarse entre las semanas 15 y 18. El riesgo es que se produzca un aborto por ruptura de membranas, infección, lesión fetal, entre otras complicaciones, aunque esto sucede apenas en el 0.5 a 1% de los casos. Después del procedimiento algunas mujeres experimentan dolor, sangrado ligero o pérdida de líquido amniótico. Esta prueba permite conocer tempranamente alteraciones cromosómicas importantes y diagnosticar ciertos defectos cardiacos en el bebé.
Determinación de anticuerpos antifosfolípidos. Detecta enfermedades inmunológicas que pueden causar muerte fetal, como las que producen los anticuerpos antifosfolípidos. Se toma una muestra de sangre de la madre, para buscar la presencia de anticuerpos que puedan ocasionar padecimientos como afecciones vasculares, entre otros. Debe realizarse sólo cuando el médico lo determine, ante la sospecha de alguna enfermedad inmunológica, o cuando la madre haya tenido embarazos previos en los que haya habido muerte fetal. Esta prueba facilita el tratamiento oportuno de ciertas alteraciones de tipo inmunológico.
Cuádruple marcador. Detecta defectos del tubo neural y alteraciones cromosómicas como Síndrome de Down. Se toma una muestra de sangre de la paciente y se analiza en el laboratorio con cuatro reactivos, que permiten identificar alteraciones. No es una prueba específica, en caso de resultar positiva, la paciente debe someterse a pruebas específicas más agresivas como la amniocentesis para confirmar el diagnóstico. Debe realizarse entre las semanas 15 y 18. Permite saber si hay riesgo de que el bebé padezca Síndrome de Down o espina bífida. Es una prueba muy útil, pero su costo es alto.
Doppler. Detecta alteraciones hemodinámicas en el bebé. Es un tipo de ultrasonido con un aditamento especial que permite valorar los flujos sanguíneos de las arterias importantes, entre ellas la umbilical y las cerebrales. Debe realizarse en el primero y tercer trimestres, cerca de terminar el embarazo. No tiene ningún riesgo, pero debe evitarse durante las primeras semanas. Gracias a este estudio es posible actuar oportunamente en caso de sufrimiento fetal u otras alteraciones hemodinámicas.

Fuente: televisa

¿Por qué estás triste, mamá?

Tras el nacimiento del bebé, la mamá puede sufrir depresión posparto, sintiéndose triste, fatigada y con pensamientos obsesivos

A veces el parto no es el final de un periodo de molestias y cambios de carácter. Después de que el bebé nace, la mamá puede sufrir lo que se conoce como depresión posparto, un cambio de ánimo que puede llegar a ser grave.

Desconcierto
“Después del nacimiento del bebé, la depresión y cambios de estado de ánimo pueden ser leves, importantes o graves”, asegura el Dr. Uzzi Reiss en su libro 99 Dudas y un bebé.
Frecuentemente los síntomas se presentan de forma imprevista y de repente una mujer equilibrada se empieza a sentir deprimida, no tiene ánimos para levantarse de la cama, no puede dormir, tiene pensamientos obsesivos, llora y cambia bruscamente de humor. Si no se trata el problema adecuadamente, la depresión puede agravarse hasta llegar incluso a la posibilidad del suicidio.
Los cambios que sufre la mujer tras el parto son desconcertantes para su pareja e incluso para ella misma. La mujer no comprende sus impulsos emocionales, sus reacciones, ni las palabras que salen de su boca y tampoco es capaz de hacer nada para reprimirlas. Como estos cambios aparecen cuando debería ser un período feliz para la pareja, al padre le cuesta trabajo comprender un comportamiento aparentemente disparatado. Por ello, frecuentemente el diagnóstico y tratamiento de la depresión posparto se demoran.

Distintos niveles
Los cambios en el estado de ánimo después del parto tienen tres grados, según el doctor Reiss, especialista en Ginecología y Obstetricia. Un 80% de las madres experimentan melancolía leve después de dar a luz, estos altibajos emocionales son el grado más leve del problema y suelen desaparecer entre la segunda y la sexta semana del bebé.
Sin embargo, el 15% de las madres sufre depresión posparto, y en este caso los cambios emocionales derivan en otras características propias de la depresión, como ansiedad, nerviosismo y comportamiento obsesivo-compulsivo.
El mayor grado de los cambios emocionales en la madre es la psicosis posparto, aunque menos del 1% de las madres padecen esta grave alteración. Frecuentemente, las mujeres con psicosis posparto tienen alucinaciones y actúan de tal forma que incluso pueden representar un peligro para sí mismas, su pareja, su propio hijo y otros niños. Se trata de un trastorno muy poco habitual, pero que requiere hospitalización inmediata y tratamiento psiquiátrico.

Causas
Una de las principales causas de la depresión posparto son los cambios hormonales. Sin embargo, otras circunstancias que pueden contribuir también a su desarrollo son la falta de sueño y los sentimientos de desaliento en relación a las nuevas responsabilidades de la maternidad.
La depresión posparto también puede deberse a la sobrestimulación y agotamiento de las glándulas suprarrenales. El acontecimiento emocionante y estresante de la maternidad provoca en la madre un aumento de las hormonas producidas por estas glándulas. Si la madre no duerme lo suficiente, sus glándulas siguen secretando estas hormonas hasta agotarse. Éste es un caso muy frecuente en las mujeres que pretenden ser “súper mamás” y rechazan la ayuda de sus familiares y amigos.
Otros factores que provocan el desarrollo de una depresión posparto son el sentimiento de soledad y aislamiento que desarrollan algunas madres tras el parto, ya que pueden tener lejos a sus familiares y suelen pasar los primeros días o semanas con el bebé en una absoluta reclusión. De ahí que esa sensación de soledad pueda derivar en pensamientos negativos.
Tratamientos
Entre los tratamientos más frecuentes para solucionar la depresión posparto están los farmacéuticos. Habitualmente los médicos recetan antidepresivos o ansiolíticos a las madres con altibajos emocionales fuertes tras el parto. El Dr. Reiss considera esta medida apropiada sólo en los casos más graves como la psicosis posparto, ya que si se usan estos medicamentos en casos leves, se reduce superficialmente el problema, sin profundizar en su origen.
Otras medidas como el apoyo psicológico profesional pueden ayudar a la mujer a abordar de forma más consciente las causas de su depresión. “Una terapia individual o de grupo puede ser útil cuando se combina con un programa de alimentación y cuestiones hormonales”, asegura el especialista.

Fuente: Agencias