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viernes, 17 de junio de 2011

Mujer instinto de ser mama

Hace unos años hablé con una mamá del colegio que me comentó que sus amigos y familiares todavía no podían creer que, finalmente, hubiera decido tener hijos. Según ella, no tenía ninguna predisposición natural: no le gustaban los niños y no le atraía la idea en absoluto y, sin embargo, no se ha contentado con uno, ha tenido tres. ¿Quizás para complacer a su marido?
El instinto maternal, se presupone como el valor en el ejército, pero no todas las mujeres estamos llamadas, a priori, a la maternidad. Cuando le pregunto a mi pequeña de seis años lo que quiere ser de mayor, ella lo tiene muy claro. "Quiero ser mamá". Pese a que, de pequeñas, la mayoría de las niñas jugamos con nuestros muñecos a ser mamás, y nuestra mamá es nuestro modelo a seguir, la maternidad es una opción que para muchas mujeres necesita de que se den unas condiciones previas.
La diferencia con el resto de los mamíferos, es que las mujeres podemos renunciar a ser madres, tenemos la posibilidad de elegir. Pero, al igual que cualquier otro mamífero amamanta, lame y da calor a sus crías de manera natural, también a nosotras se nos despiertan sentimientos de proteger y mantener la vida de nuestro bebé (al menos de forma general). Durante el embarazo y después del parto nuestro cuerpo se pone en funcionamiento (física y emocionalmente) para despertar nuestro "instinto maternal". Los sueños sobre nuestro hijo, nuestros temores, la planificación, la preparación del nido, la subida de la leche, etc., nos equipan naturalmente para ser madres, pero en el ser humano el componente cultural, histórico y social tienen un peso que no existe en otras especies.

El psicoanálisis cree que el deseo de tener un hijo no responde a una necesidad vital de las mujeres, sino que es necesidad particular de cada mujer, dependiendo del fondo de armario de su pensamiento y manera de entender la vida. Así tendría sentido que muchas mujeres opten por disfrutar de su feminidad, renunciando a su posible maternidad, ya que esta se asocia al sacrificio y a una responsabilidad obligada. Otras mujeres deciden no ser madres, no porque no les agrade la idea, sino más bien porque su situación sentimental no es la adecuada para ofrecer a un futuro hijo.

Pero, pese a lo que digan las teorías del psicoanálisis, hay mujeres que parece que tienen un desarrollado instinto maternal. Entienden la maternidad no como algo esperable, social o natural, sino como una llamada insistente en donarse a otros, incluso a hijos no nacidos de sus entrañas, una necesidad vital que da continuidad y trascendencia a su propia persona y quizás provengan de su propia vivencia personal.

El contacto íntimo con el bebé durante los primeros días después del nacimiento parece despertar ese instinto, de hecho puede que nuestros sentimientos hacia el bebé cambien. Algunas mujeres que deciden, por diferentes causas, dar a sus hijos en adopción o que sentían rechazo ante un embarazo no deseado, cambian de opinión tras el parto. Le llamemos o no "instinto", desde luego, afloran en la mayoría de las mujeres (y hombres) la protección y el cuidado por el nuevo ser humano que ha nacido de nosotras.

Fuente: GuiaInfantil.com

viernes, 2 de julio de 2010

Se puede perdonar la infidelidad

Se puede perdonar la infidelidad?

RESPUESTA:
Que buena pregunta nos envías. Yo creo que no solamente se puede perdonar una infidelidad, es preciso hacerlo para poder sanar. Me explico. La infidelidad es un acto de agresión psicológico y emocional dirigido aquella persona a quien decimos amar y le juramos fidelidad y lealtad. A veces es planeado calculadamente para herir, claro pocas personas lo admiten, a la pareja. En otras ocasiones es un acto impulsivo y se lleva a cabo repentinamente antes de asimilar las consecuencia de dicha conducta. El primer ejemplo que expuse es como le llamamos hoy en día a una relación extra marital y el segundo ejemplo es lo que se considera una simple aventura. Lo cual realmente no importa puesto en los dos casos son actos de infidelidad y traición. En las dos situaciones se entrega el cuerpo y a veces el alma dependiendo de si el cónyuge cree estar enamorado o solamente lo hace para satisfacer una atracción sexual. El fin es el mismo, puesto que es una traición o un acto de agresión en contra de nuestro matrimonio y/o de nuestra pareja.

Después de ser descubierta la infidelidad existe una etapa de crisis en la relación. La persona traicionada o a la persona agraviada, al principio se rehusa a creer que es engañando y generalmente se dice a si mismo ¿no puede ser? y al no tener otra opción que tener que enfrentarlo, la persona se siente destrozada, traicionada, humillada, lastimada, deprimida, angustiada, burlada, y suele también sentir ira y un gran deseo de venganza, entres varios otros sentimientos encontrados. Cabe indicar que es bastante común que la persona agraviada se pregunte: ¿por qué me tuvo que pasar esto a mi ? ¿qué hice para merecer este engaño? Todos estos sentimientos son adecuados puesto que la persona traicionada experimenta una gran perdida al padecer un acto de infidelidad. El dolor y los demás sentimientos que surgen debido a la infidelidad son muy parecido a la crisis que nos enfrentamos debido a la muerte de un ser querido. Así mismo, ya que se vive una gran perdida, es lógico que también exista una etapa de duelo.

La etapa de duelo conlleva despedirse de lo que uno creía que era la relación, una relación pura, intachable y ajena a la traición, o en otras palabras, aceptar que ya no es una pareja perfecta como solía pensar la persona agraviada o como los demás los perciben. Se debe enfrentar y expresar lo sentimientos de ira como consecuencia de esta gran perdida. Como también es preciso que la persona agraviada enfrente sus sentimientos de culpabilidad y que le de total responsabilidad por la traición al agresor. Esto puede ser más fácil cuando la persona que comete el acto de infidelidad pide perdón y asume completa responsabilidad por la infidelidad y por el daño hecho a la relación.

Cuando el infiel pide perdón con el corazón, es preciso perdonarle; sin embargo, esto no quiere decir que su conducta es justificada, u olvidado, es sencillamente un acto de perdonar a alguien que nos ha hecho daño y esta arrepentido. Cabe indicar que esto no significa que el perdón se otorgara de inmediato ya que cada individuo necesita perdonar a su tiempo y cuando haya asimilado la seriedad de la traición y las consecuencias de dicha conducta. El perdonar tampoco significa que la persona agredida deba o quiera continuar con la relación; el poder superar la infidelidad y volver a confiar en la pareja es otro tema que abordare después.

Por otro lado, no cabe duda que existirán situaciones donde el cónyuge infiel nunca asumirá responsabilidad de su infidelidad o pedirá perdón sin de verdad sentirlo, o lo que es peor, culpara a la persona agredida por su comportamiento. Cuando existe esta dinámica, esta relación no tiene un buen futuro. Si la persona agredida decide quedarse en esta relación, es fácil deducir que el agresor seguirá con sus infidelidades hasta que la muerte los separe. Sin embargo, si la persona agredida decide abandonar la relación a consecuencia de una infidelidad, es cuando es aún más importante perdonar. Caber recalcar desde luego que pocas personas pueden o quieren hacerlo.
El no querer perdonar a quienes nos ofenden es cargar con un equipaje demasiado pesado y emocionalmente, psicológicamente y espiritualmente dañino. Queremos a todo costo aferrarnos a no perdonar porque sentimos que tenemos el control y el poder cuando en realidad otorgamos el control y el poder al agresor. Por ejemplo, los sentimientos de ira siguen latentes dentro de nosotros y dichos sentimientos nos siguen atando al agresor y nos seguirán atando hasta la muerte, si lo permitimos. Nos empecinamos a no perdonar porque eso significaría que somos débiles, que le quitaríamos valor al daño el cual fuimos víctimas y así mismo seguimos siendo sus víctimas. Le negamos el perdón para hacerlo según nosotros "sufrir"; cuando ellos muchas veces ya se han olvidado de nosotros y han comenzado una nueva vida. En nuestro corazón creemos hacerlos sufrir pero si somos honestos, los que sufrimos somos nosotros porque cargamos con esta carga demasiado pesada.
El perdonar al infiel no necesariamente se convierte en un acto para beneficiar al agresor, es un acto de bondad hacia tu persona y eres tu quien saldrá beneficiado. Esto no significa que debas tener el mínimo contacto con la persona que te hizo daño; la puedes perdonar con el pensamiento, prometiéndote no guardar rencor, y evitar llevar consigo cualquier sentimiento de ira y venganza, y así mismo no permitirle al agresor seguir atado a ti de ninguna forma. Claro que es fácil decir y difícil de hacer, pero si estas dispuesto a liberarte de los sentimientos negativos que te hacen tanto daño y quieres superar este acto de agresión, es preciso que perdones para poder sanar. Te deseo suerte.

Muy atentamente,
Dra. Ilusión

Perdonar una infidelidad a mi pareja

Muchos son los casos de personas que atraviesan por esta etapa tan triste y decepcionante en la vida de pareja. Muchos nisiquiera pueden llegar a entender el daño que le hacen a sus parejas mientras ellas o ellos nisiquiera entienden porque estan atravesando por ese momento tan trágico en sus vidas. Como ya lo hemos descritos en post anteriores la infidelidad puede darse por diferentes razones o motivos, pero lo que si se mantiene es que es un engaño, una traición y una falta a la persona que es nuestra pareja.

Si nos ponemos a pensar cualquiera que sea la razón para que una persona sea infiel caeremos siempre en cuenta que no es la mejor forma de tratar a la pareja, ¿porqué entonces en vez de ser infiel no se es sincero? este comportamiento tiene mucho que ver con problemas internos de cada persona que no han sido resueltos. Estas mismas personas infieles se quejan y se preguntan ¿Porqué estan difícil que me perdones una infidelidad?

    Es difícil perdonar una infidelidad porque es una traición, es simplemente una falta de respeto hacia nuestra persona, es un puñal clavado directamente en nuestro ego, es ver desvanecerse muchas escenas de nuestra vida, es como si se rompiera el lazo que nos une, es a su vez como un golpe seco en la cabeza que te deja insconciente, es peder todos los sentidos por un instante, es como si no se puediera oír ni ver ni sentir a la vez, a veces resulta difícil creer, además siempre quedará la duda así sea en lo más profundo del corazón de si lo volverá a hacer.

Otro factor muy importante que influye en esta negación a perdonar que la pareja haya sido infiel, es debido al apego, el apego nos hace esclavos y no nos permite vivir felices con nosotros mismos porque simpre estamos a la espera de que algo pueda dañar esa “seguridad” de la cual nos aferramos. Cuando pensamos en que necesitamos a otra persona para ser feliz estaremos viviendo una felicidad falsa que se puede derrumbar en cualquier momento.

Cuando aprendemos a soltarnos y dejar que todo fluya en nuestras vidas podremos ver la simplicidad de ser felices, aceptándo cada suceso y actuando para mejorar y cambiar lo que en nuestras vidas nos suma sufrimiento.

Muchas personas me preguntan: ¿Porqué no puedo perdonar a mi pareja por su infidelidad?, yo a muchas le he respondido que perdonarle o no, es sólo una decisión que le compete a cada quien, el proceso no es fácil pero que con verdadera colaboración de ambos se puede lograr recuperar la armonía y pasar de verdad la página, en muchos casos hasta le relación se hace más placentera y duradera.

Muchos son los casos de personas que atraviesan por esta etapa tan triste y decepcionante en la vida de pareja. Muchos nisiquiera pueden llegar a entender el daño que le hacen a sus parejas mientras ellas o ellos nisiquiera entienden porque estan atravesando por ese momento tan trágico en sus vidas. Como ya lo hemos descritos en post anteriores la infidelidad puede darse por diferentes razones o motivos, pero lo que si se mantiene es que es un engaño, una traición y una falta a la persona que es nuestra pareja.

Si nos ponemos a pensar cualquiera que sea la razón para que una persona sea infiel caeremos siempre en cuenta que no es la mejor forma de tratar a la pareja, ¿porqué entonces en vez de ser infiel no se es sincero? este comportamiento tiene mucho que ver con problemas internos de cada persona que no han sido resueltos. Estas mismas personas infieles se quejan y se preguntan ¿Porqué estan difícil que me perdones una infidelidad?

    Es difícil perdonar una infidelidad porque es una traición, es simplemente una falta de respeto hacia nuestra persona, es un puñal clavado directamente en nuestro ego, es ver desvanecerse muchas escenas de nuestra vida, es como si se rompiera el lazo que nos une, es a su vez como un golpe seco en la cabeza que te deja insconciente, es peder todos los sentidos por un instante, es como si no se puediera oír ni ver ni sentir a la vez, a veces resulta difícil creer, además siempre quedará la duda así sea en lo más profundo del corazón de si lo volverá a hacer.

Otro factor muy importante que influye en esta negación a perdonar que la pareja haya sido infiel, es debido al apego, el apego nos hace esclavos y no nos permite vivir felices con nosotros mismos porque simpre estamos a la espera de que algo pueda dañar esa “seguridad” de la cual nos aferramos. Cuando pensamos en que necesitamos a otra persona para ser feliz estaremos viviendo una felicidad falsa que se puede derrumbar en cualquier momento.

Cuando aprendemos a soltarnos y dejar que todo fluya en nuestras vidas podremos ver la simplicidad de ser felices, aceptándo cada suceso y actuando para mejorar y cambiar lo que en nuestras vidas nos suma sufrimiento.

Muchas personas me preguntan: ¿Porqué no puedo perdonar a mi pareja por su infidelidad?, yo a muchas le he respondido que perdonarle o no, es sólo una decisión que le compete a cada quien, el proceso no es fácil pero que con verdadera colaboración de ambos se puede lograr recuperar la armonía y pasar de verdad la página, en muchos casos hasta le relación se hace más placentera y duradera.

Muchas veces las infidelidades se dan por no tener una buena comunicación en la pareja y eso es perjudicial, la comunicación es fundamental y muy necesaria, hay que hablar de todo con la pareja, de lo bueno , lo malo, lo placentero, lo aburrido, planes a futuro e inmediatos, de sentimeintos negativos y positivos, darse amor y compresión formar un hilo de unión entre ambos.

Tambien se puede ver a la infidelidad, como una segunda oportunidad, es como si algo nos dijera : HEY TIENES ASUNTOS PENDIENTES, RESUELVELOS. A veces en nuestras relaciones vamos acumulando cosas que nos desagradan y cuando ocurren cosas como una infidelidad se estalla o quizás ese mismo aculamiento da pié para que ocurran estas situaciones. Es una nueva oportunidad para mejorar y crecer como pareja, buscar esos errores cometidos de ambas partes y sanarlos, aun hay tiempo.

Amigos y amigas que estan atravesando por una situación de infidelidad o dificultad en la pareja, busquen de nuevo la razón por la cual se enamoraron de su pareja, revivanlo y vuelvan a encontrar el porqué estan juntos, retomen la fuerza del amor, alejen las peleas de sus vidas y dejen entrar a la armonía, rectifiquen y hablen siempre con sinceridad, claridad y mucho amor con sus parejas.

jueves, 1 de julio de 2010

Celos en la pareja son un gran problema

Consejos Para Evitar Celos en la Pareja

Como evitar los Celos en la Pareja. Esta es una muy buena pregunta tanto para mujeres como para hombres.

Pues aqui les dejo algunos consejos

Los celos suelen ser un gran problema en cualquier pareja.

 La inseguridad o la desconfianza suelen alimentarlos, por ello vamos a darte unos consejos para evitar los celos en la pareja.
El eje que mueve le motor de los celos suele ser el sentimiento de posesión que se tiene por una persona, en este caso la pareja. Nuestra baja autoestima nos hace pensar que no valemos lo suficiente y que en cualquier momento puede aparecer una tercera persona con mejores cualidades que nosotros y nos arrebate nuestra pareja.

Los celos en la pareja se dan por varias razones:

- Baja autoestima.

- Falta de confianza en uno mismo.

- Si hemos vivido escenas de celos de nuestros padres o entorno.

- Por traiciones vividas en el pasado.

- Por desconfianza.

Cómo evitar los celos

Vamos a ver unas estrategias para poder controlar los celos en nuestra vida.

1.- Uno de los temas importantes por el que empezaremos a trabajar será la confianza en uno mismo. Debemos evitar los pensamientos negativos y sobre todo los que son destructivos, ya que este tipo de pensamientos lo único que hacen es alimentar los celos. Para poder trabajar este punto lo que haremos será que cada vez que surja un pensamiento de este tipo lo cambiaremos por otro que nos aporte seguridad y confianza.

2.- Deberíamos hablar con alguien de nuestra confianza y contarle lo que nos está pasando para poder tener otro punto de vista, pero eso sí, debemos tener claro que quizá nos digan algo que no nos guste.

3.- Reflexionar sobre la situación, nuestros sentimientos y las diferentes perspectivas que tenemos, la nuestra y la de nuestro confidente.

4.- Una vez que nos hemos enfrentado a nosotros mismos y nos hemos aclarado muchas cosas, nos daremos cuenta de cómo nos estamos comportando con nuestra pareja, el daño que le hemos hecho y el nos hemos hecho a nosotros mismos.

5.- Nunca utilizaremos la tragedia para sumir los celos, es decir, nada de ponernos como una víctima por que esta no es la forma de solucionarlos.

Cortando la libertad de nuestra pareja no se llega a ningún sitio bueno, ya que lo que conseguiremos será perder a la persona amada y esto es todo lo contrario a lo que realmente deseamos.

Consejos Para Mantener una Relación Sana con tu Pareja

Tener una relación sana es una de las cosas más difíciles de lograr y, desgraciadamente, poco se nos enseña al respecto. Seguimos creyendo que con el amor es suficiente, pero no es cierto, también necesitamos prepararnos, aprender y esforzarnos para construir nuestras relaciones.
Las relaciones de pareja suelen comenzar como historias maravillosas en las que todo parece ser color de rosa, pero con el tiempo, la rutina y las pequeñas dificultades diarias pueden deteriorar esa unión si no se las maneja adecuadamente.

Los siguientes 7 consejos, pueden ayudar para empezar a construir relaciones más sólidas y armónicas.

1. Comunicación.
Aunque lo hayas oído mil veces, no deja de ser cierto. Es imposible que una pareja funcione o ambos miembros se sientan felices con la relación, si no existe una buena comunicación entre ellos. Pero comunicarse no se refiere a hablar mucho, sino a poder expresarle a nuestra pareja nuestros sentimientos, inquietudes, proyectos…, y obtener un “feedback” de su parte. Si existe una buena comunicación es fácil resolver los problemas que van surgiendo.

2. Escuchar.

Es tan importante como ser capaces de hablar y comunicarnos. Si tú hablas sin parar pero cuando tu pareja quiere contarte algo suyo enseguida cambias de tema, estás fallando en un punto muy importante. Y no se trata de mantenerse callado y oír lo que el otro dice, sino de escucharle y tratar de entenderle.

3. Ser comprensivos.

Antes de juzgar una situación, por muy grave o absurda que te parezca, intenta ponerte en su lugar, tratar de averiguar qué siente, cómo piensa, por qué se ha comportado así. Nadie tiene nunca la razón absoluta y siempre hay muchas versiones para la misma historia.

4. Tolerancia.

Debes ser tolerante con tu pareja siempre que su comportamiento o actitud sea honesta o no te haga daño física o emocionalmente. Este es uno de los puntos más difíciles de llevar a cabo, ya que normalmente, aunque la queramos para nosotros, nos cuesta mucho darle libertad a nuestra pareja. Cada miembro de la pareja tiene derecho a sus momentos de independencia e intimidad, a desarrollar sus proyectos, aficiones o ilusiones sin sentirse coartado por el otro.

6. Tener vida social

Aunque al principio sólo les apetezca estar juntos y solos, es fundamental que tengan vida social. Pero no sólo de forma individual, sino como pareja. Esto significa que tengan amistades comunes con las que puedan hacer planes. Esto también puede hacerse extensivo a la familia.

Salir y divertirse juntos les hará sentirse bien y le dará una pizca de emoción a su vida de pareja. La vida social también se refiere, por supuesto, a la que además tenga cada uno por su cuenta.

Es importante que ambos puedan seguir disfrutando de sus propios amigos, por supuesto, de una forma honesta y sana. Para ello es fundamental tener confianza en la pareja.

7. Confianza.

Una relación sin confianza mutua no va a ninguna parte. No una confianza ciega, sino racional. Si no tenemos motivos reales o probados para desconfiar, agobiar a nuestra pareja con nuestros miedos o inseguridades, la apartará de nosotros. La falta de confianza enrarece las relaciones y hace difícil la convivencia.

Amar es respetar la libertad

Que difícil es amar y “aprisionar” al mismo tiempo, pues mientras que el 1er verbo alude a una sensación de bienestar y paz, el 2do se refiere a inquietud y angustia. En realidad, no puede hablarse amor si no hay libertad. Ese amor condicionado a que “me tienes que justificar tus actos y palabras” es un falso amor. Es más bien temor, disfrazado de celos y amor. ¿Cómo puede concebirse que en nombre del amor dos personas se atrapan de tal manera que se convierten en carceleros mutuos?

El amor y la libertad son prácticamente hermanos separados culturalmente. Los novios no necesitan prometerse que se telefonearán, para luego hacerlo. Sencillamente, lo hacen en forma espontánea. El amor les da esa seguridad de corresponderse. Amar a alguien es respetarle su libertad de pensar, de sentir y actuar. Mientras hay lealtad con la pareja, la libertad no daña ni aleja las relaciones, por el contrario, las fortalece.

Pero cuando malentendemos la libertad como una oportunidad para liberarnos de la pareja, irrespetarla inclusive, entonces “embarramos de lodo” esa bella palabra (libertad), reforzando la equivocada creencia de que dicha libertad fue la verdadera culpable del bochinche “extra sentimental”.

Falso, es la falta de autoestima y aprecio al prójimo, lo que nos sucumbe ante las tentaciones, no la libertad.

Amarte y aprisionarte, equivale a suponer que seremos “más felices en una celda juntos. que libre y solo”. Verdad que, es mejor opción esta última, que la ira?. Hay muchas parejas que temen respetar la libertad ajena, e inclusive la propia, argumentando que “quien no cuida su ganado, lo pierde”, dejando esbozar con ello su permanente miedo a nuevas carencias afectivas. Suponen ingenuamente que “su pareja” podrá engancharse sentimentalmente con otra persona, en cualquier evento social. Y para ahorrarse futuros dolores de cabeza y frustraciones por abandonos, dejan que sus miedos y fantasmas gobiernen su conducta, controlando y limitando a su pareja, al punto de asfixiar el romance y desencantar la relación.

Por el contrario, cuando yo respeto la libertad de pensar y actuar – que por derecho le pertenece a mi pareja – descubro entonces el verdadero vínculo que nos une. Hay personas que temen despejar esa verdad. Creen que la única forma de mantenerse unidos es “cazando las mentiras y errores” de su pareja, a fin de “echárselas en cara” luego. Torturante relación condenada al fracaso con el tiempo, sea en convivencia o no. El hecho de estar conviviendo juntos no significa que sean felices ni que han alcanzado el éxito conyugal como algunos que presumen del “abultado número de años” con la misma pareja.

Me entero de lo que significó para mi pareja precisamente cuando ésta ME RESPETA EN AUSENCIA MIA, y no en mi presencia. Cuál es el mérito de mostrarse fiel y leal, cuando la pareja se encuentra al lado de uno?. Ninguno. El autentico respeto y amor se demuestra en ausencia de la pareja, y frente a tentaciones. Teme usted descubrir que su pareja sea incapaz de vencerlas, entonces busque ayuda terapéutica porque vivir con miedo no es agradable, y su pareja se sentirá constantemente supervisada.

Si usted le prohíbe y restringe la vida social a su pareja, amparada en los precedente negativos de ésta (mentiras, contradicciones, traiciones, etc.) entonces. cómo piensan vivir felices ambos en los próximos, si continúan con el mismo estilo de vida?. Suponga que ninguno cambie de actitud. Qué les espera entonces a los dos? Mejor formúlese y responde a las siguientes interrogantes, tremendamente constructivas. ¿cómo puedo aprovechar esta situación para cambiar mi vida positivamente? ¿Qué puedo aprender de este momento para vivir mejor después? ¿Cuánto tiempo puedo mantenerme reteniendo a mi pareja, sin que ambos nos cansemos? ¿qué temo descubrir si respeto la libertad y vida social de mi pareja? ¿Qué es lo que creo no poder superar? Y en el peor de los casos. si hay traiciones, no es mejor saberlo ahora, que después?

La libertad de pensar, sentir y actuar, no supone un desentendimiento del deseo de compartir y estar con la pareja, ni tampoco implica un descuido a la persona amada. Sino un respeto a las actividades sociales, académicas, laborales y de esparcimiento, sin desestimar el tiempo y la dedicación a la pareja. Nadie debe pedir libertad, pues nadie se la puede quitar a otro.

Cuando se priva de libertad, se condena a la frustración. En realidad, es uno mismo quién se priva de su libertad, en nombre de la pareja e impulsado por el temor a la crítica o pérdida.

No es lógico constituirse en “carcelero y amante” al mismo tiempo. Es enfermizo, es un falso amor. Es el miedo, el verdadero autor de esta ambivalencia. El que ama, no duda. El temeroso sí. El que quiere, está tranquilo y confiado. El asustado, intranquilo y desconfiado. El que ama, respeta la libertad propia y ajena. El temeroso se priva y busca privar a la pareja. Dios no muestra su amor respetando nuestra libertad de elegir, pensar, sentir y actuar. Podría -acaso- decirse lo mismo, si Dios nos impidiera ser como queramos ser? Podría hablarse de amor, si nos priva nuestra de nuestra libertad? Píenselo, amar es respetar la libertad ajena.

Y cuando hay amor propio y ajeno, también hay lealtad.